Los textos narrativos son una forma de comunicación en la que se cuenta una historia, contando los hechos desde un punto de vista subjetivo. Estas narraciones están construidas con la intención de entretener, motivar, enseñar, informar o simplemente contar una historia.
Los textos narrativos cortos son aquellos en los que la historia se presenta de forma breve, con los suficientes detalles para que el lector pueda imaginar y sentir la historia que se cuenta. A continuación te presentamos 10 ejemplos de textos narrativos cortos para que puedas conocer un poco mejor esta forma de escribir.
El viejo y el mar
Un viejo pescador vivía en un pequeño pueblo costero. Todos los días salía a la mar a pescar, pero durante los últimos 84 días no había pescado nada. Una mañana salió al mar y encontró un gran pez, que literalmente arrastraba su barca. El viejo se resistió con todas sus fuerzas, pero el pez era demasiado grande y fuerte para ser vencido. Finalmente, tras varios días de batalla, el viejo consiguió capturar al pez, pero murió en la lucha. El viejo fue enterrado con el pez a su lado, como un símbolo de su épica batalla.
La princesa y el guisante
Había una vez una princesa que no podía dormir por las noches porque un guisante se había metido en su cama. Su padre el rey, preocupado por la situación, ofreció una gran recompensa a quien fuera capaz de conseguir que la princesa pudiera dormir. Muchos intentaron, pero ninguno logró el objetivo. Finalmente, un humilde campesino tuvo la idea de poner muchos guisantes en la cama de la princesa para que los sintiera y finalmente pudiera descansar. El campesino consiguió el objetivo y fue recompensado con la mano de la princesa.
La luz de la luna
Había una vez una bruja malvada que vivía en una torre en medio de un bosque. La bruja había robado la luz de la luna y la había guardado en su torre. Un día, un valiente príncipe se dispuso a rescatar la luz de la luna. El príncipe se enfrentó a la bruja y finalmente consiguió recuperar la luz de la luna. La bruja fue expulsada del bosque y la luz de la luna fue devuelta al lugar donde pertenecía.
El sol y la luna
Había una vez una mujer que tenía dos hijos, el sol y la luna. El sol estaba muy orgulloso de sí mismo y siempre presumía de su fuerza y de su luz. Por el contrario, la luna era tímida y se sentía muy inferior al sol. Un día, la mujer les dijo que siempre trabajaran juntos y que compartieran sus diferencias para que el mundo pudiera ser un lugar mejor. Así, el sol y la luna aprendieron a respetarse y a trabajar juntos para iluminar el mundo.
La vieja y las estrellas
Había una vez una vieja que vivía sola en una pequeña casa en el bosque. La vieja pasaba sus días mirando el cielo y soñando con sus estrellas. Una noche, una estrella cayó del cielo y se posó en la ventana de la vieja. La vieja abrió la ventana para ver mejor la estrella y, al hacerlo, la estrella se transformó en un joven príncipe. Él le contó a la vieja que había caído del cielo y le pidió que le ayudara a regresar. La vieja le ayudó a encontrar el camino de vuelta al cielo y desde entonces, cada noche, la vieja mira al cielo y recuerda a su joven amigo.
La mariposa y el fuego
Había una vez una mariposa que vivía en una pradera cerca de un bosque. Un día, la mariposa vio una gran hoguera que estaba ardiendo en el bosque. La mariposa se acercó a la hoguera y, entre las llamas, vio a un joven príncipe atrapado. La mariposa trató de ayudar al príncipe, pero las llamas eran demasiado fuertes. Finalmente, la mariposa consiguió salvar al príncipe y él se enamoró de ella. Desde entonces, la mariposa y el príncipe viven juntos en el bosque.
El gato y el ratón
Había una vez un gato y un ratón que vivían en una casa. El gato era muy malvado y siempre trataba mal al ratón. Un día, el gato atrapó al ratón y se dispuso a comérselo. Sin embargo, el ratón logró escapar y le pidió al gato que le permitiera vivir en paz. El gato accedió y desde entonces el ratón y el gato viven juntos en la casa, respetándose y ayudándose mutuamente.
El zorro y el cuervo
Había una vez un zorro y un cuervo que vivían en el bosque. Un día, el cuervo se comió una manzana que había encontrado y se fue a un árbol para comerla. El zorro lo vio y le pidió al cuervo que le diera algo de la manzana. El cuervo se negó y el zorro se enfadó. El zorro amenazó al cuervo con matarlo si no le daba la manzana, pero el cuervo seguía negándose. Finalmente, el zorro se dio cuenta de que no podría conseguir nada con la violencia y decidió dejarlo en paz. Desde entonces, el zorro y el cuervo son amigos y comparten sus comidas.
El lobo y el cabrito
Había una vez un lobo y un cabrito que vivían en un bosque. Un día, el lobo vio al cabrito y decidió atraparlo para comérselo. El cabrito estaba muy asustado, pero tenía una idea. Le propuso al lobo que le contara una historia a cambio de que el cabrito se fuera. El lobo aceptó y el cabrito escapó. A partir de entonces, el cabrito y el lobo se hicieron amigos y el lobo dejó de comer cabritos.